Hogares
Un área residencial es una zona dentro de una ciudad o pueblo destinada principalmente a viviendas, ofreciendo un entorno seguro, tranquilo y cómodo para sus habitantes, con acceso a servicios básicos y espacios verdes. Estas áreas se contraponen a zonas comerciales o industriales, priorizando la vivienda sobre los negocios y las fábricas.
Las plagas han aprovechado también la modificación que el hombre ha hecho el medio para su refugio, para establecerse como sus comensales, causando desde simples incomodidades hasta la transmisión de diversas enfermedades a personas y mascotas por la contaminación de alimentos, contacto directo o hábitos parasitarios.
Hoy en día, la mayoría de los reglamentos y leyes de convivencia urbana o de condóminos, establecen acciones punitivas al descuido de las áreas comunes de tal suerte que sean invadidas por animales (gatos, perros, ardillas, cotorras, otras) o plagas que sean molestas o nocivos para los vecinos y visitantes. Por esto, un control de plagas responsable se hace necesario, para no evitar infestaciones mediante el uso de prácticas y productos seguros para la salud de animales, plantas y personas de todas las edades. El control de plagas en zonas residenciales requiere un enfoque integral que incluye la prevención mediante la limpieza y sellado de accesos, la identificación y uso de métodos seguros (físicos, biológicos y químicos controlados) y la contratación de profesionales, con el fin de proteger la salud, la higiene y el valor de los inmuebles.
Las plagas más comunes que aparecen en zonas residenciales: moscas, roedores, mosquitos, hormigas (invasoras, de la madera, cortadoras), palomas, grillo topo, arañas, avispas, alacranes, otras
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Interior de departamentos y casas habitación.